UN EMPATE Y NADA MÁS

Después de un primer tiempo “de locos”, en donde Tévez se hizo echar, un blooper de Heinze permitió el gol de Paraguay y se lesionó Abbondanzieri, Argentina empató 1-1 con el equipo guaraní. Sergio Agüero, en el segundo tiempo, marcó la igualdad para una Selección que sigue dependiendo excesivamente de sus individualidades.

Una férrea defensa y una mitad de cancha muy luchadora eran las credenciales con las que Paraguay llegaba al Monumental. Además, llegaba con el objetivo de defender la punta de las eliminatorias y con el pergamino de ser, colectivamente, el mejor equipo de Sudamérica. Del otro lado estaba el Campeón Olímpico, Argentina, al cuál le sobran individualidades pero hasta el momento no pudo lograr un funcionamiento de equipo acorde a los cracks que tiene entre sus filas. En la previa, la cuestión era ¿qué va a pesar más?, ¿las figuras argentinas o el solidario y disciplinado juego de conjunto guaraní?

Empujado por una multitud que colmó el estadio a pesar de la copiosa lluvia, el equipo de Basile arrinconó a su rival en los primeros instantes, lo que hacía presagiar un gran partido para los locales. Tanto es así, que rápidamente JR Riquelme estrelló un exquisito tiro libre en el travesaño a los ‘3. A los 8, lo inesperado: Morel Rodríguez envió una pelota bombeada a la medialuna del área argentina; el mal cálculo de Heinze y la presión de Nelson Haedo hicieron que Abbondanzieri se viera obligado a salir; se produjo un choque entre estos tres jugadores y la pelota entró mansamente al fondo del arco, siendo el defensor del Real Madrid quien la impulsó involuntariamente. 1-0 abajo y lesión del arquero del Getafe (JP Carrizo en su lugar), todo en la misma jugada. Como si esto fuera poco, un Carlos Tévez demasiado pasado de revoluciones se ganó la segunda tarjeta amarilla después de una irresponsabilidad. Argentina era un concierto de errores e imprecisiones; Paraguay, muy tranquilo, parecía esperar el momento propicio para dar el tiro del final. El final del primer tiempo dejó la sensación de que se venía una tarde complicada.

Para los segundos ’45, Basile dispuso la entrada de Daniel Díaz por Gabriel Heinze y Sergio Agüero por Ángel Di María: ahora el equipo mostraba un 3-3-2-1, pasando Zanetti a la mitad de cancha. Mientras los locales luchaban contra sus propios errores para intentar manejar la pelota con prolijidad, los guaraníes comenzaban a bajar la marcha. El partido era malo, peor jugado y sin situaciones de peligro, algo que les convenía a los visitantes. Pero el empate llegó en el momento menos esperado, después de que una combinación entre Riquelme y Messi lograra dejar sólo a un Kun Aguero que no tuvo más que definir ante la salida de Justo Villar. Argentina depende casi exclusivamente de este tipo de inspiraciones individuales. Esta situación le devolvió la vida a los celestes y blancos, que ahora iban por la victoria: en los minutos subsiguientes al empate, primero Coloccini y después Agüero, se perdieron sendas oportunidades clarísmas de gol. Paraguay se mostraba confundido y aquellos mediocampistas que se multiplicaban para la marca y la presión en el primer tiempo, ahora parecían acusar un lógico cansancio. Igualmente, Haedo Valdés obligó a la respuesta de Carrizo después de un cabezazo perfectamente dirigido hacia el palo izquierdo del ex River, constituyendo así la más clara del conjunto de Martino en el partido. Los últimos minutos fueron consumiéndose y el encuentro dejó un empate que no deja del todo conformes a ninguno de los dos equipos.

La Selección volvió a quedar futbolísticamente en deuda, esta vez, ante un rival que no supo regular el partido (no se puede presionar durante los 90m), pero que nos hizo recordar el famoso “mucho cacique y poco indio” que es una realidad a esta altura.

Pablo