jueves, 31 de julio de 2008

EDITORIAL/POLÍTICA

UN POCO DE POLÍTICA

El mercosur. Las dificultades para gobernar por parte de los gobiernos populares latinoamericanos. La crisis con el campo. La clase media y Aristóteles.

E
L MERCOSUR es un bloque ecónomico integrado por diversos países de América Latina, entre ellos, Bolivia, Brasil, Venezuela y Argentina. Uno de los objetivos de dicho bloque es hacerle frente a las políticas globalizadoras de los paises del Norte ( Estados Unidos y sus amigos de Europa). Tenemos la opotunidad histórica de hacer de este MERCOSUR un espacio político sólido que persiga otros objetivos, tan importantes como el mencionado anteriormente. Esta oportunidad está dada por la clase de políticos que gobiernan los países antes citados. El Teniente Coronel, Hugo Chávez, en Venezuela, Evo Moralez en Bolivia, Lula Da Silva en Brasil y Cristina Fernández de Kirchner en Argentina, forman parte de gobiernos populares elegidos democráticamente. Es imprescindible la alianza de estos mandatarios para combatir a los grandes grupos de poder dentro de cada país, que no sólo atentan contra los intereses comunes de todo un pueblo, sino que también levantan sus armas cada vez que un decreto está dirigido hacia los que menos tienen a expensas de los que más tienen. Hugo Chávez sufrió en el 2002 un intento de golpe de los principales medios de comunicación unidos a los grandes empresarios y sindicatos ( Página12 12/04/2002). Lula Tuvo serios inconvenientes en su primer mandato con la clase media, no pudiendo satisfacer a una clase que tiene tanto miedo de caer como de prosperar ( El País 28/10/2006). Los inconvenientes de Evo para gobernar brotan hasta de las hojas más secas de coca. Los pocos bolivianos con poder, nucleados en pocos rincones de aquel sombrío y a la vez hermoso país, hacen todo lo posible para que el presidente boliviano deje su cargo. Situación parecida vivimos los argentinos, con la salvedad de tener a una presidente sentada en el sillón de Rivadavia.
Como vimos en las líneas anteriores, no es casual que un gobierno popular, aplicando políticas de redistribución de la riqueza ( por más que en su planteamiento haya habido decenas de errores) haya causado tantos malestares en una sociedad unida con el, poco creible, lema " todos somos campo". Las retenciones móviles a la exportación de granos suponen una herramienta que posee el Estado para "sacarles a los más ricos y entregárselo a los más pobres", sin que esto suponga pérdida alguna para los chacareros. El precio internacional de la tonelada de soja ha subido, en el último año, casi un %100 ( Página12 14/07/08), lo que trae aparejado una ganacia espectacular para aquellos productores que se disponen a cultivar granos de soja, con retenciones móviles o sin ellas. Sin embargo, esta medida generó tanto revuelo en las 4 entidades del campo ( SRA, FAA, CONINAGRO y CRA) que daba la impresión que los iba a perjudicar aún más que la convertibilidad decretada en el gobierno de Carlos Saul Menem. Lo increíble de la cuestión es que los ruralista, tras anunciar el famoso 1 a 1 que destruyó al campo argentino, no sólo que no cortaron ni siquiera medio día una ruta, sino que alabaron de tal manera al ex presidente, subrayando su gran gesto democrático, cuando se sentó en su banca del senado para votar en contra de la resolución 125.
Es preciso analizar por qué, ante cada decreto que repercute en los intereses de los que más tienen, la clase media (no en su totalidad, claro está), la mayoría de las veces, saca sus cacerolas en apoyo, en este caso concreto del campo, a los "pobres campesinos". Es primordial brindarle un gran concenso a aquellas medidas que van en contra de los más poderosos, quienes desconocen los principios éticos y morales universales y son capaces de parar a un país entero durante 100 días con la única consigna de revertir la política redistributiva del gobierno " cueste lo que cueste", es decir, cueste generar inflación, cueste generar desabastecimiento, cueste frenar las recaudaciones impositivas del gobierno,en fin, cueste generar hambre. Hace ya muchos siglos, Aristóteles enunciaba su teoría política, en la cual describía lo que para él era su ideal de gobierno. El pensaba que la clase media tenía que hacerse cargo de las funciones políticas del Estado, ya que, según él, era la clase social menos corrompida dentro de una sociedad. Pasaron los siglos y observamos que, o Aristóteles se equivocó, o la clase media de nuestra sociedad actual está tomando caminos equivocados. Estamos ante una opotunidad histórica, no sólo de formar un bloque político sólido, sino de volver a encauzar a esa clase media que formará parte de ese gobierno ideal que, finalmente, podrá priorizar los intereses de todos por sobre el de unos pocos.

Juan

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